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| Foto cedida por La Diaria a pedido de nuestro fotógrafo Daniel Selátraga |
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| Click en la imagen para ampliar La nota gráfica de Daniel Selátraga capta el momento en que una pareja de galenos llega a la playa en su unidad de reanimación para cumplir su guardia |
SOLUCIONES PARA UN PROBLEMA QUE NOS AQUEJA TODOS LOS VERANOS EN
Por El Carlitros
Trampa Casera para mosquitos
La batalla ha comenzado. Son ellos contra nosotros. Solo puede quedar uno, y con esta trampa, tienen todas las de perder. Hablo de los mosquitos. Esos pequeños insectos que tanto malestar producen tanto de día como de noche. Pero con esta trampa… tienen los días contados!
Es simplemente una mezcla de agua, azúcar y levadura. Los pasos son sencillos:
Corta una botella por la mitad y quédate con la parte de abajo, pero no tires la de arriba. luego de haber cortado la botella de plastico, en la parte que antes era la de abajo, y que va a seguir siendo, coloca, introduce o mete el agua, inodora, incolora e insípida, medio vaso a mas de 40 grados centígrados (tibiona noma, como pa’ un mate frio), azúcar moreno, dos cucharadas soperas y la levadura, una cucharada sopera. Se le pone la parte que era de arriba de la botella con el pico hacia abajo y dentro de la parte de abajo.
Envuelva o forre el aparato con una cartulina o plástico NEGRO. Esto provoca la curiosidad del mosquito, que no sabe la que le espera. Fundamental que este equipo se coloque en una esquina (De la casa, por supuesto, eh, no la va’a pone en 18 y ejido)..
A las dos semanas podrás comprobar la matanza de mosquitos que provocaste.
En caso de no obtener los resultados ESPERADOS …
En el supuesto caso que estos métodos no den resultado ansiados, se aconseja agarrar los mosquitos a botellazo limpio.
Pero no os desesperéis y continua informándote y aprendiendo…
Cómo retiran dinero de un cajero automático los valiceros
Srs. usuario/as de estos cajeros. Hemos advertido diferencias notorias en el comportamiento de los valiceros frente al cajero según sea su sexo. Trate de entender cual es la manera más idónea de hacerlo a partir de las diferencias halladas
Si Ud. es Hombre:
Ingresa al cajero automático
Introduce la tarjeta, la clave y el monto a extraer.
Retira el dinero y la tarjeta
Si Ud. es Mujer:
Aprovecha que va al cajero para hacer las compras en el Autoservicio del Mar, el Supermercado El Puente, en la panadería de Tío Pat o o en Sabrosuras .
Levanta del piso el paquete con los alfajores de maicena que se le cayeron al tratar de cerciorarse que traía la tarjeta.
Se enfrenta a la cola del cajero. Pregunta al último si la cola es para ese cajero y hace caso omiso al comentario de uno preguntando si hay algo más que el cajero a 50 mts a la redonda. Se queja del frío de las noches, del calor del mediodía y del viento.
A su turno entra al cajero sin decir gracias al que le mantuvo la puerta abierta mientras ingresaba apretando la cartera y las bolsas de los mandados.
Busca en la cartera los documentos. Encuentra previamente las llaves, el lápiz labial, dos lapiceras Bic vacías, un encendedor (aunque no fuma), el talón de las entradas cuando fueron a ver a Serrat en 1998, las fotos de los nenes, el monedero abierto, todas las monedas desparramadas, la agenda de los teléfonos, tres clips para el pelo, un paraguas aún húmedo de la lluvia pasada, las llaves del rancho y por último: los documentos.
Introduce la tarjeta.
Retira la tarjeta del teléfono e introduce la tarjeta del cajero.
Busca el número de su clave en la agenda de los teléfonos.
Marca en su celular el número de su esposo (que está manso preparando un asado) para preguntarle la clave que no encuentra. Espera que la atienda.
Espera que la atienda un minuto más.
Aprieta la tecla SEND o TALK en el celular (según el modelo). Le explica a su esposo que no encuentra la clave y, mientras, busca una lapicera en su cartera. Se cerciora que ninguna de las dos lapiceras escriben.
Abre la puerta y pide a alguien de la cola que le preste una lapicera.
Retira la tarjeta que le fue devuelta hace dos minutos y que no deja de sonar hasta entonces.
Anota en la agenda el número de clave, justo debajo de un número que dice “Ojo Cajero” y que es exactamente igual.
Abre la puerta y devuelve la lapicera.
Inserta nuevamente la tarjeta, digita la clave y espera la nueva pantalla.
Le dice a su esposo que no grite más, que ya lo escuchó y aprieta la tecla END del celular.
Elige las opciones correctas hasta EXTRAER digitando un monto inadecuado pues solo da múltiplos de 100. Rectifica el monto.
Controla su peinado y maquillaje en el reflejo del vidrio lateral del cajero.
Retira el dinero seis segundos antes de que el cajero lo vuelva a tragar, aprieta NO MAS TRANSACCIONES y retira el recibo.
Guarda el dinero dobladito en el fondo de la cartera.
Sale mostrándose molesta por los pesados que estuvieron golpeándole la puerta todo el rato.
Regresa frente al llamado del que entraba al cajero, recibiendo de su mano su tarjeta que no dejaba de sonar.
Comienza el retorno al rancho patinándose en el dulce de leche que chorrean los alfajores sometidos a 42ºC.
No responde los improperios del marido que se queja que la cerveza que trae está barbotando por el calor de los 30 minutos que estuvo al rayo del sol mientras trataba de superar las dificultades del cajero automático.
