Acá en España todo el mundo se queja de lo mal que están; mucha desocupación, emigración e inmigración, que-se-yo; ellos se ven horrible.
El otro día, caminando por una calle de madrid me encuentro a un cronista que está entrevistando a un veterano de unos 70 años.
El tipo decía algo así:
- Soy hijo de exiliados. Hasta los 27 años no pude volver a España por culpa del franquismo.
A mi padre, pobrecito, no sabíamos ni dónde enterrarlo. Mi madre estuvo años en una silla de ruedas.
Ahora que tengo 70 años me operaron y me sacaron un tercio del pulmón.
Mi esposa es inmigrante y tengo tres hijos con ella.
De los tres solo trabaja la del medio ... y no cobra nada por ello.
La mayor se acaba de divorciar.
Mi ex yerno se daba a las drogas y al alcohol y la dejó con dos niños.
El más chico de mis hijos aún no se ha ido de casa pero además se casó con una mujer divorciada y la ha traído a vivir a casa.
Esa señora antes trabajaba, tenía un buen puesto, pero desde que vino a casa no ha hecho más nada.
Ahora tienen dos niñas que también viven bajo mi techo.
Y para colmo este año, con la crisis, casi no hemos podido ir de vacaciones.
Y si me apuras ... ni he podido celebrar que España ha ganado el Mundial.
El periodista lo quedó mirando con los ojos bien abiertos.
Cuando recuperó su postura de entrevistador le dijo:
- Pero Majestad. Yo no creo que sus cosas estén tan mal.
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