jueves, 30 de septiembre de 2010

MANUALES DE ORIENTACIÓN

Vuelve un clásico: la ayuda de EL PIS que Ud quiere tener sobre temas tan diversos como el siguiente.

EL USO DEL BIDET

acercado por El Chimpa, quién sabe de dónde

En un chat multitudinario con amigos surgió un tema interesante:

¿Cómo usás el bidet? No "para qué"; eso es sabido, sino, ¿cómo te sentás?

La mayoría lo usábamos igual, sentados de espaldas a la pared, manejando las canillas al tacto; pero uno viene con una teoría irrefutable: "El bidet debe usarse de frente a la pared porque el cosito por el que sale el agua te queda justo en el hoyo, podés ver las canillas, la jabonera y la toalla".

Tiene lógica, pienso. Cuando me toque, voy a probar.

A la mañana siguiente, me tomo mi café... efecto instantáneo. Abrigadito con mi bata me juego un jueguito en el celu mientras cago en el WC. Termino. Hora del buche. Me acuclillo apenas y pivoteo en un pie dando medio giro, casi como en una coreografía de Julio Boca; y estaciono en una sola maniobra sobre el bidet, de frente a la pared. ¡Genial! Puedo acceder a las canillas, mezclo la caliente con la fría hasta lograr la tibieza justa, manejo la presión con la del medio, llego al jabón, toalla, todo. ¡Impecable!.

Este amigo tenía razón y me introdujo a un mundo un tanto adictivo...me saco la bata, salto a la ducha y me voy a la oficina, que ya llego tarde por la bideteada.

En la ofi, todo bien. A la hora del almuerzo se me da por innovar, y me traen el volante de la dieta y me dan una especie de comida china: pollo con una verdura rara que parece brotes de soja (quizás sea repollo) y algo así como brotes de bambú. En realidad no se qué carajo era pero con el hambre que tengo me lo lastro igual

Muy rico, pero el efecto es más instantáneo que el de mi café mañanero.

Voy al baño de empleados apretando los cantos: están todos los boxes ocupados.

¡Me cagooo!. La gerenta se fue a una reunión de la Sub Gerencia General y la conchuda de su secretaria no está, como siempre... así que me cuelo subrepticiamente en el baño de la Gerenta dado que sé donde cuelgan la llave.

Comida china: pica cuando entra, pica cuando sale.

Mientras tanto examino el baño: ¡qué guachos estos jefes! En el baño de empleados nos ponen un papel higiénico con el que te podés limar las uñas mientras cagás, pero acá tienen uno suavecito, toallas de tela, Glade Toque, jabón-jabón, no ese detergente líquido de apretar un botón pringoso, revistas en un canasto y hasta una cestita con popurrí de canela, jazmín y pétalos de rosas sobre la mochila del inodoro.

Termino. Voy al bidet. Hago la misma maniobra que de mañana en casa: pivoteo sobre un pie... medio giro... y me olvido que tengo los pantalones y calzoncillo en los tobillos que hacen tope contra la base del bidet. Error.

La frenada textil me arroja de cara contra la pared, reboto, me deslizo hacia abajo y quedo enganchado en la punta de la taza del bidet con los huevos.

Mi quejido se hace agudo, finito. Por suerte no me partí los labios contra los azulejos, sólo me sangra la nariz y me mancha la camisa blanca que estoy estrenando.

Con una mano arranco un poco de papel higiénico, hago rollitos y me tapono los dos agujeros de la nariz: no sé cuál es el que me sangra.

Mientras tanto trato de avanzar sobre el bidet, de frente a la pared, hasta descomprimir los huevos, pero quedo casi arrodillado sobre el piso porque los pantalones me siguen frenando contra la base.

Abro la caliente, y un chorro hirviendo me carboniza la chota, que quedó justo arriba del cosito del agua.

Me corro un poco más hacia la pared, y ahora me quemo los huevos: depilación con lanzallamas.

Asomo el hoyo, abro la fría y la presión aumenta. Es como una hidrolavadora anal echándome lava ardiente adentro del ojete.

Quiero bajar la presión con la canilla del medio, pero de frente la canilla es al revés: la fuerza aumenta, y siento que me levanta del piso. Me paro como puedo, trastabillo hacia atrás y caigo de nuca contra la otra pared.

Así me encontró la secretaria, después de que el de mantenimiento pudo forzar la puerta: desmayado boca arriba, un poco cagado, con la chota al aire, los huevos colorados como dos remolachas, la camisa manchada de sangre, papel higiénico medio disuelto en la nariz y el chorro del bidet a todo lo que da, arrancando la pintura del techo.

Ah... y el regalito en el inodoro, porque no llegué a apretar el botón.

Tuve que pagar los arreglos. A los del piso de arriba les apareció humedad en los zócalos. A los de abajo, en las paredes. Pagué la pintura, el pintor, repuse las revistas empapadas, el papel higiénico carísimo y hasta el jabón que se disolvió con la lluvia bidetera. Pero me hice el boludo con el popurrí: ese, que lo compren ellos.


Consejos útiles a la hora del bidet.

  • Confiá sólo en el bidet de tu casa. Él es tu mejor amigo, le conocés la temperatura, la presión y la dirección de giro de las canillas.
  • Un bidet ajeno es más difícil de manejar que una excavadora.
  • Ese bidet ajeno tendrá la velocidad de una Ferrari: irá de cero a cien (grados) en cuatro segundos, carbonizándote el hoyo.
  • El manejo óptimo de los controles del bidet implica conocimientos de hidráulica y termodinámica mediante una ecuación que incluye: presión de 0 a100%, temperatura A, temperatura B, geolocalización del culo, índice de sanidad y nivel de ruido.
  • Cuando manejes todas esas variables, te tocará un bidet con monocomando.
  • Manejarás ese monocomando como un joystick endemoniado que te levantará del piso. Antes practicá con un jet-ski.
  • Por último, y el más importante: con los lompas bajos, el bidet se usa de espaldas a la pared. Y no confíes en tus amigos. Innovar hace mal.
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EL BIDET


El bidet (también conocido como bidé) es un gran invento, una alternativa higiénica y ecológica al primitivo acto de restregarse un trozo de papel por el ogto. Resulta chocante pensar que, mientras en algunos países su uso está generalizado, en otros se desconoce su funcionamiento por completo. La idiosincracia uruguaya, tan casta y ocurrente, construye muchos baños con bidé, pero relega su uso a tareas como el recorte de las uñas de los pies y/o su lavado o el lavado de mascotas.
Sin embargo, los doctores y dermatólogos especializados en limpieza de culos recomiendan su uso diario, alegando que las cosas lavadas en bidet se mantienen más frescas y suaves y saben mejor.
El PIS abraza la causa del bidé y les invita a todos a usarlo y a pregonar con orgullo su uso.

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3 comentarios:

sakayama dijo...

Gurméndez andá a lavarte el...!!!! aprovecha el bidé !!!!

Anónimo dijo...

Sobre el origen del bidé...dicen q lo inventaron los gallegos, que quisieron hacer una ducha, y les salió pa´l culo !!!!!!

Abuela Cocca

Anónimo dijo...

thanks
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