jueves, 4 de marzo de 2010
HOSPEDAJE TIA OFELITA NO DA EL BRAZO A TORCER
Ya se termina la temporada veraniega: solo resta que se despierten los últimos borrachos y se tomen la Rutas del Sol para algún sitio.
Y como lugar de turismo por excelencia tuvimos de todo y para todos los gustos: frío, calor, lluvia, inundaciones; cantores que se mataban cantando, cantores que deberían matarse; gente que trabajaba a muerte y los que ni a muerte trabajaban. En suma: de todo.
Y fue tanta la gente que visitó Valizas que no había lugar para estirar ni un saco de dormir.
Fue allí que en un arranque de ímpetu charrúa, la dueña del Hospedaje Tía Ofelita no permitió que ningún gaucho quedara a cielo abierto. Obviamente la Cámara de Hospedajes y Zonas de Residencia de la perla atlántica quiso doblegarla, a fin de no terminar con sus propios negocios.
"No daré mi brazo a torcer" dijo la propietaria.
En las notas gráficas de nuestro incansable Daniel Selátraga se ve el yeso que puntualmente le llegó por Rutas cuyo remitente, M. Gurméndez, galeno de profesión, acondicionó desde la tibia Venezuela.
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