domingo, 6 de septiembre de 2009

La parábola del adscripto pródigo

COMUNICADO A LA POBLACIÓN

por E. Sapelli Rouge

Absolutamente virginales en perversas mentiras y transitando solamente por el camino de las buenas intenciones, hemos acogido en nuestro seno a quien se nos presentara en nuestras oficinas con la recomendación de ser contratado por el secretario de la presidencia de la revista Caras y Caretas. No hemos dudado de su palabra, ni puesto en práctica los concursos de oposición y méritos a los que son obligados cualquiera de nuestros colaboradores, porque nada nos puso en alerta en su proceder. Ni cuando nadie llamó de la secretaría de la presidencia de la revista colega, ni cuando trabajó con los discos duros de nuestros editores, ni cuando borró la información que comprometía la disputa por el alumbrado público en Valizas, ni las cuentas de los que piden fiado en lo de Barrios.

Creímos que era un ser de luz, creímos en todo el enganaje burocrático de nuestras instituciones, creímos en los uruguayos.

Evidentemente el stress suscitado en nuestra redacción por la vorágine del cierre diario de nuestro periódico, no no permitieron estar alerta, y en uso del cien por ciento de nuestras facultades mentales. Las actuaciones judiciales no descartan la posibilidad de espionaje industrial, es más, sabemos de un matutino cuyo isotipo, casualmente (oh!!! casualidad), es muy parecido al de nuestra publicación.
El secreto del presumario nos impide dar más información, pero sepa nuestro lector, fin último de nuestros desvelos, que no cejaremos en nuestra lucha por la verdad y la justicia, que son el faro que nos ilumina, para lograr mancomunadamente la felicidad añorada de nuestra comunidad toda.

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