La PAPA, voz absoluta,
en la cocina mundial,
a todos logra asombrar
con su viraje de ruta.
Su orden es simple, impoluta,
sin derecho a replicar.
Las verduras sin chistar
hoy se miran de costado
porque la papa ha mandado
otra decisión papal.
Bien zalamero el BONIATO,
dice: “me parece bien”.
Otros se suman también
para ir formando el plato.
La decisión, hace un rato
que la papa la tomó.
El AJO la compartió
pero exclamó entredientes:
“que pasará con la gente…
¿comerá sin ton ni son?”
El ZAPALLO está contento
y grita:”¡qué maravilla!”
“¡puedo largar las semillas
que tengo metidas dentro”!
y otra verdura al momento
con el cambio de la papa,
fue una LECHUGA barata
y rápida como liebre
dijo: “¡vengan acá viejas verdes
saltemos en una pata!”.
La cocina está revuelta;
es una revolución
y el RABANITO hace rato
que ha cambiado de color.
El agua llegó al hervor
y chapoteando en la olla
hay una alegre CEBOLLA
que rebosa de alegría,
y está con sus capas finas
flotando como una boya.
Muy colorado, el TOMATE,
dice con mucha vergüenza.
“tengo que tener paciencia;
esto es un gran disparate”.
“La papa está mal del mate”
“¿qué bichito la picó?”
Pero una voz se escuchó:
le gritó muy fuerte el NABO:
“¡tomate no seas tan nabo
porque el nabo aquí soy yo!”
Era una gran mezcolanza
con gritos en la cocina
y las verduras se afilan
porque ya chiflan las panzas.
Contento el PEPINO avanza
y la emprende de a traición
contra una gran COLIFLOR
que no quedó nada mal
pues la decisión papal
autorizaba el condón.
Lo que no se dieron cuenta,
las verduras en su euforia,
lo notó una ZANAHORIA,
medio rallada, en la vuelta.
Estoy loca…de contenta,
pero pregunto al pasar:
“¿por la decisión papal
en el cielo pondrá el grito
aquel lindo pajarito?”…
“¡me refiero al cardenal!”
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