El caso Fleischman toma volumen

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El diputado Gustavo Boborsari, que interpeló al Ministro del Interior Jorge Brushing por el caso Fleischman, denunció haber recibido una amenaza de muerte: "Boborsari H de P (N.E.: hombre de palabra). Si te metés con mis compañeras y compañeros, te metés conmigo. Comprate una última maquinita de afeitar. Saludos a San Pedro"

Comentarios y conclusiones muy primarias a las que llegó La comisión investigadora creada a los efectos de aclarar el sonado caso:

1. El remitente no es alguien medianamente educado. Utiliza palabras soeces e insultantes.
2. El remitente es "de izquierda". Por eso utiliza términos habituales en ese colectivo (compañeras y compañeros). Es más, es un votante del Fondo Angosto porque menciona especialmente a "ellas" y "ellos" para darle más énfasis a su convicción anti-discriminatoria.
3. Es una sola la persona y la amenaza es por lo tanto unipersonal. Por eso lo de "te metés conmigo" y no "con nosotros". Eso descartaría a grupos tales como ETA o los Tupamaros e incluso al aparato armado del Partido Comunista.
4. Es un ser humano del sexo masculino, que no usaría barba. Eso se deduce de su consejo "comprate una última maquinita de afeitar", además de confirmar que no utiliza afeitadora eléctrica, tal vez porque le irrita la cara. Se puede pensar entonces que tendría la piel algo delicada, caucásico, probablemente por ser descendiente de europeos de tez blanca.
5. Saludos a San Pedro. ¿Formación cristiana en su niñez? o ¿Simple repetición de algo que escuchó a su madre durante la infancia? - No se sabe con certeza, pero estaría indicando que el remitente cree que Boborsari iría al cielo. Esta situación ha promovido una discusión prolongada en el grupo dado que hay algunos que piensan que si un uruguayo supone que Boborsari puede ir al cielo entonces esa persona es familiar directo del susodicho o es él mismo. Porque tanto los propios correligionarios de Boborsari como el resto de los uruguayos en todo caso le dirían "Saludos a Satanás" o "Saludos a Lucifer".
6. Como la amenaza se recibió por fax y el número del mismo debe estar impreso en el encabezamiento de la hoja salvo que se haya cortado la misma, el grupo pidió aclaración sobre por qué todavía no atraparon al potencial asesino, respuesta que no fué posible obtener. ¿...Tal vez una nueva interpelación sería la consecuencia inmediata...? Otra conclusión primaria a la que llegó el grupo sobre este asunto es que la inteligencia del remitente deja mucho que desear.