En mayo de 1947, durante la estancia de Nicolás Guillén en Uruguay, el semanario satírico Peloduro, le rindió homenaje, otorgándole la “Orden de la Galleta”. Y en el acto de despedida ofrecido por la Asociación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores, el 31 de ese mes, el Poeta Nacional cubano leyó estas décimas como respuesta a la Orden recibida:
VERSOS DE QUIEN RECIBIÓ LA GALLETA A QUIENES SE LA DIERON
–1—
Muy querido Pelodú-
y Alfredo Mario Ferré-
gracias por esta Gallé-
que alumbra mi vida oscú-
Al dejar el Urugú-
lloro con desesperá-
detesto mi suerte escá-
y con acento rabió-
grito a los ojos de to-
¡Pucha, que soy desdichá-!
–2—
¡Adiós, amigos cordiá-
compañeros de garú-!
Siempre he de acordarme mú-
esta tierra tan simpá-
Aquí me sentí en mi cá-
como si en Cuba estuvié-
y hasta aumenté mi diné-
por si acaso fuese pó-
¡Ah! ¡No más me vuelvo ló-
cuando agarré la quinié-
–3—
Aprendí a comer el bi-
con (( fe)) de carne de vá-
aprendí a cebar el ma-
y a embocar bien la bombí-.
Y si una mujer boní-
pasó a pie o en automó-
¡pucha, grtité con descó-
como un uruguayo pu-
vengan a ver este chú-!
¡Mírala, che, qué fenó-!
–4–
¡La tiró! Ya no hay mané-
de que el viaje se demó-,
y todo el mundo conó-
que me voy el día primé-
Mas no es larga la carré-
desde aquí hasta la otra orí-;
cualquier día de improví-
vengo volando o a na-
para comprarme una ca-
frente a la estatua de Arti-.
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